“Es en los momentos más oscuros que se revela la auténtica faceta de la vida. La auténtica cara de las personas. El sabor amargo de palabras huecas y el falso velo descubierto de las promesas realizadas. Te preguntas: ¿Será esto el final?, ¿o solo el comienzo de algo mucho peor? Nadie puede escrutar el azar del futuro, ni discernir el sino de una persona. Todos somos títeres a la merced de la casualidad. A la serie de eventualidades que nos obligan a adaptarnos a las circunstancias que nos rodean. A nuestras elecciones y a las elecciones de aquellas otras personas que repercuten en nosotros. El sendero es más difícil seguirlo en la oscuridad, por eso, tener una mano sincera que sujetar puede marcar la diferencia entre perderse o hallar el camino correcto.”