—
¿A dónde se fue? —volvió a preguntar el muchacho
sin hacer mucho caso a la disculpa—. ¿A dónde se fue Helena?
—
Belmmael habló con ella… —le respondió Ifil,
titubeante—. Le encomendó una misión, pero ignoramos cual.
—
¿Volverá?
Los dos vampiros se intercambiaron miradas.
—
Yo creo que si —le dijo Ifil sin mucho
entusiasmo.
Al muchacho no le gustaba como sonaba aquello. Miró a Helmes buscando
su respuesta, pero no la encontró.
—
Deberíamos continuar la marcha —apremió este
mientras se incorporaba.
—
Hay que pagar —recordó Jennifer.
—
Por supuesto —reconoció Helmes mirando a Ifil.
—
¿Estás seguro? —le preguntó la vampiresa.
—
Por supuesto, deberías.
—
¿Y el pacto?
—
Sospecho que ya no nos afecta —Helmes le enseñó
una sonrisa.
Ifil se la devolvió.
—
Entonces id saliendo.
Ryke sintió un estremecimiento; Jennifer, por el contrario, se mostró impasible
y el chico envidió su ingenuidad.
«En su mundo todavía hay color», comprendió.