Desesperado ante tu mirada, alcanzo el cuchillo y me lo clavo en el pecho, acometida tras acometida me desangro y veo tu rostro desaparecer en la oscuridad, sabiendo que esos ojos jamas podrán mirarme con deseo, sabiendo que jamas serás mía, poco a poco pierdo control sobre mi cuerpo, las piernas no responden, los brazos, cuyo derecho apuñalaba mi corazón desesperadamente, también dejaron de moverse, noto frío en mi interior y calor sobre mi piel, hasta que solo el sentido de la vista me demostró que aun seguía vivo, procuré mirarte como jamas lo hice, como jamas lo volveré hacer, ya no tiemblo, ya estoy tranquilo, estas a mi lado pero me estoy alejando de ti, me voy y no regresaré, no puedo quedarme, no mientras tu existencia me torture, eras tu o yo, jamas te haría daño, asi que no lo dudé ni un segundo.