“El carro traqueteaba al ritmo de la música que
el tamborilero tocaba alegremente. Los senderos se bifurcaban, se expandían y se estrechaban; pero la moral de la caravana, intacta se mantenía. Grandes viajeros,
los caminos les temen. Durante la noche cantan a la luz de una hoguera y bajo
el fulgor de las estrellas con elaboradas danzas se deleitan. Duchos son en sus
quehaceres, inquebrantables son moralmente. Los hacedores de caminos se hacen
llamar. Los quebradores de fronteras los suelen llamar. Los peregrinos de historias
son en realidad.”
Autor desconocido.
Fragmento de “Hacedores de
caminos”
Año
430 de la segunda Era.