La estancia era oscura, sin ventanas. Unas pocas antorchas la iluminaban con su tenue y titilante luz anaranjada, pero no eran suficientes. Al fondo, una puerta daba a la más espesa negrura que Ryke haya visto jamás. Era una oscuridad sólida que parecía rebosar por la puerta y mezclarse con la luz a su alrededor. El chico no dudó en coger una antorcha y adentrarse entre los tentáculos densos de la lobreguez que emergía de la puerta. Según avanzaba con la luz, las sombras se dispersaban hasta que contempló una estancia vacía, sin cuadros, ni tapices, ni ventanas; solo cuatro paredes lisas y consistentes de color beis.
— No puedes explorar la oscuridad inundándola de luz —Era la voz de Christine, pero no estaba allí, no había nadie allí.
Ryke miró la antorcha, dubitativo. Salió de la estancia y las sombras volvieron a anegarla como el agua en una piscina. Cuando el chico dejó la antorcha en su sitio, sintió serias dudas de lo que iba hacer.
« ¿Y por qué habría de hacerlo? —pensó—. ¿Por qué querría explorar la oscuridad?»
— Porque te da miedo —contestó Christine—, y para enfrentarte a tus temores antes debes de conocerlos.
La voz de la vampiresa no retumbaba en la estancia, sino en su mente. Ryke se armó de valor y se acercó a la puerta, donde las sombras le rodearon como una serpiente rodea a su presa. Sintió un extraño cosquilleo allí donde la oscuridad tocaba su piel, y un intenso olor a moho y sangre le atravesó los pulmones. La oscura nebulosidad le engulló y se encontró en medio de una noche sin estrellas, solo y con frío.
— El miedo es lo que da las fuerzas a una persona para cometer actos de valor —dijo una voz con un eco tan acentuado que la hacía completamente irreconocible
— ¿Entonces tener miedo es bueno o es malo? —preguntó Ryke a la oscuridad, confuso y desorientado.
— El miedo es una herramienta que has de aprender a usar, un arma que debes controlar —La voz de Christine seguía sonando clara en su cabeza—. Si has de enfrentarte a tus enemigos no debes de tener miedo, pero si quieres derrotarlos sin que ellos acaben contigo, entonces debes tener miedo. En ocasiones el miedo nos permite hacer esfuerzos inhumanos, esfuerzos que no seriamos capaces de hacer sin su ayuda. El miedo es poderoso, aprende a usarlo y serás más fuerte que cualquier persona o ser de los dos mundos.
Ryke extendió los brazos instintivamente ante la densa oscuridad y caminó completamente ciego. Lo siguiente que sintió fue una ráfaga de aire tan frío que lo recibió como cientos de espadas; un golpe seco y el suelo desapareció bajo sus pies. La caída libre le hizo despertarse sudoroso y con palpitaciones.