lunes, 9 de julio de 2012

Bajo el eco de la tormenta



-¿Tienes miedo? –susurró la vampiresa con tono seductor.
-¿A que debería tener miedo? –preguntó el chico, también susurrando.
-Dímelo tu –Helena puso una mano sobre el pecho de Ryke y lentamente comenzó a danzar alrededor de él.
Daba sutiles vueltas sobre si misma. Apoyaba los pies con delicadeza sobre la madera del barco y creaba unos armoniosos pasos de baile.
Ryke tragó saliva, cada vez más nervioso.
-¿Miedo a la sangre?, ¿a la perdida?, ¿miedo a la muerte? –continuó susurrando Helena mientras proseguía con su seductora danza alrededor del chico.
Cuando volvió a estar frente a él, paró de bailar y le miró intensamente.
-¿Miedo a equivocarte? –Mantuvo su feroz mirada unos segundos.
Ryke no dijo nada, entonces Helena relajo su expresión y le sonrió dulcemente antes de retomar su danza.
-Puede que tenga miedo a tomar mala decisiones –declaró el chico.
La vampiresa detuvo su baile y se acercó a él de manera que su aliento acariciaba el cuello del chico.
-El miedo hace que no puedas vivir. La gente que busca la extrema perfección solo consigue que su vida se convierta en una monotonía desquiciante –Tras susurrar esas palabras le dio un beso en el cuello provocándole un escalofrío extramente agradable-. Comete errores y aprende. Vive y siente. Así es como el hombre se hace sabio.
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