miércoles, 26 de junio de 2013

Sueños

—    Algún día entenderás, que todo lo que nos sucede es por una causa mayor —le dijo Belmmael con voz pausada. La chimenea crepitaba débilmente a sus espaldas y la luz proyectaba sus sombras contra la pared completamente blanca a pesar de la oscuridad.
—    ¿Qué clase de causa podría provocar esto? —le preguntó Ryke.
—    Aquella que consigas cuando el destino te brinde la oportunidad.
Ryke mantuvo su mirada perdida en las inquietas sombras de la pared.
—    ¿Y cuándo me maten?
—    No puedes morir —replicó el anciano.
El muchacho se fijó mejor en su alrededor. Se encontraba en una sala grande, sin techo  y con paredes tan lisas y uniformes como las aguas en calma de un estanque. Tanto él como el brujo se encontraban sentados en un par de butacas blancas a espaldas de una chimenea de llamas azules.
—    ¿Estoy muerto? —volvió a preguntar el muchacho.
—    No —Belmmael sonrió—. Aun tienes un papel importante que desempeñar en esta vida.
—    ¿Y por dónde empiezo?
—    Oídos sordos a las falsas promesas —respondió el anciano tras acomodarse mejor en la butaca—. Los hilos de este mundo los mueven las palabras de aquellos que saben usarlas. Las guerras, los enfrentamientos y los asesinatos son solo trucos, artimañas para confundir.
—    Si, Elmeroth parece ser un experto en ello —asintió Ryke—. Las apariencias engañan.
Belmmael asintió.
—    Mucho me temo, mi joven muchacho, que en el mundo en el que te vas a ver inmerso, las apariencias engañan más de lo que te imaginas.
Ryke le miró con asombro.
—    ¿Insinúas que no debo confiar en nadie?.
—    Confía en tus amigos —dijo el brujo—, en los que te quieren. —Hizo una mueca de dolor—. Tal vez en aquellos en los que jamás pensarías confiar.
—    Me lo pones difícil —«Mis amigos se han ido para no volver»
—    El mundo real no es como en las películas. —Sonrió Belmmael.
—    Entonces los malos ganarán.
—    Es posible —asintió el anciano con total naturalidad—. Peros si no hacemos nada ganarán de todas maneras. ¿No te apetece ponérselo difícil?

Ryke le devolvió la sonrisa.

miércoles, 5 de junio de 2013

Los cambios

“Entonces, llega el momento en el que, todo ese mundo escondido detrás del tuyo asoma la cabeza y te envuelve como las nubes que cubren el cielo. Te ves inmerso en una vida completamente diferente a la que pertenecías. La especie humana es una especie de costumbres, en el momento que los cambios se convierten en hechos inevitables, automáticamente se tiene miedo. Los cambios forman parte de la vida, si se temen los cambios, se temen la vida. Y si se teme la vida... ¿por qué habría que vivir?”