como alma en pena,
viviendo sin poder amarte
como condena.
Ojos negros,
blanca es la piel,
frió el cuerpo,
solo has de correr.
Bienvenido al infierno
del que no querrás huir.
Tus lamentos son mis gozos
que me impulsan a seguir.
Adicto, a ti
y a tu olor,
como una droga,
tan ebrio del néctar de tu piel
y de tu aroma.
Ojos turbios,
blanca desnudez,
fría el alma,
solo has de correr.
Bienvenido al infierno
del que no querrás huir.
Tus lamentos son mis gozos
que me impulsan a seguir.
Ven, más, acércate,
tan solo quiero poder morder.
Inyectarte mi veneno
y así poder eternamente vivir.