“Cuatro fueron,
y cuatro serán, los grandes brujos de Ajmernion. De oro, bronce, plata y plata
negra resplandecían sus colgantes, y en ellos la magia latía constantemente. Las
gemas incrustadas, el brillo imperecedero, el tacto sólido y frio del corazón
de los brujos eternos. Su magia poderosa, tan grandiosa que en codicia uno cayó.
En muerte y destrucción el mundo asoló. Bajo la luz de una nueva Era, en su
colgante se confinó, y bajo el amparo de la magia este residió.”
Ethzan Kelishtof, escritor de Phyrelion.
Fragmento de “Andares de la tierra”.
Año 28 de la segunda Era.